sábado, 24 de octubre de 2015

La era del vacío de Gilles Lipovetsky

Para el autor, una sociedad posmoderna significa aquella que se ha hecho indiferente, individualista, narcisista, conformista, poco revolucionaria. No se preocupa por el futuro ni por el progreso, es acatadora, solo quiere vivir el presente, carece de entusiasmo por la política y hace falta una imagen potente a la cual seguir.

El valor fundamental para un sujeto es la realización personal, el hedonismo es el eje rector en la vida de una persona, es decir que busque el placer y trate de eliminar todo tipo de angustia y dolor que no le permite desarrollar su vida. Se desea vivir libremente sin repercusiones, además de poder elegir la manera cómo hacemos las cosas, hay un impulso al derecho de ser uno mismo y disfrutar nuestra existencia al máximo.

            En este tipo de sociedad reina la indiferencia de masa, el sentimiento de reiteración y el futuro es algo que no se considera, lo que realmente importa es vivir el momento y no preocuparse por lo que vendrá después, se podría decir que se vive al límite como si cada día fuera el último de nuestra existencia.

            Otras características de la sociedad posmoderna son la obsesión por la información y la expresión, la cultura despersonalizada o hecha a la medida, la ausencia de ideología política caracteriza a las masas, es una sociedad regida por el vacío, por lo tanto no existe un ídolo o tabú, ni tan sólo imagen gloriosa de sí misma, ningún proyecto histórico movilizador, estamos ya regidos por el vacío, un vacío que no comporta, sin embargo, ni tragedia ni Apocalipsis.[1]

            Como vemos, hay un cambio radical en la concepción del mundo, pues en una sociedad moderna se le daba prioridad a la ciencia, a la generación de conocimiento y existía una obsesión por la producción.

            No se retorna a los orígenes, no existe una perspectiva histórica de nuestro tiempo; asimismo no se interpreta a profundidad la era a la que se pertenece. Siempre se va a estar en contra de lo viejo y tradicional, porque lo que propone este modelo es innovar, hacer las cosas de forma diferente a como están establecidas.

Pensamos que en una sociedad moderna se vive de una forma más relajada, las masas siguen a un líder y la vida resulta ser algo monótona pues no existe ese sentimiento de querer hacer algo nuevo que revolucione la forma en que se vive, pero como todo hay un momento en el que las estructuras y el sentido de la vida misma se pierden, ya no se halla un rumbo claro, además de que las demandas de la población dejan de ser satisfechas y se requiere una nueva forma de ofrecerles cómo vivir.

En este aspecto podría relacionarse el libro de Thomas Kuhn: La estructura de las revoluciones científicas. En este libro el autor nos habla acerca de los paradigmas, los cuales representan la teoría general o conjunto de ideas aprobadas y sostenidas por una generación o un grupo coherente de científicos contemporáneos[2].

Kuhn nos dice que un paradigma se encuentra vigente mientras sea funcional para una sociedad y pueda explicar fielmente la causa de un fenómeno, pero también es aplicable a la tecnología y cualquier otra rama que sea de utilidad para el ser humano.

Cuando empiezan a existir problemas con ese paradigma, entonces debe producirse una revolución científica en la que se genere un nuevo paradigma que pueda explicar mejor ese fenómeno o que tenga ideas nuevas de cómo hacer las cosas, de tal forma que sea más beneficioso para la sociedad.

Estos conceptos se pueden aplicar al libro de Lipovetsky, pues estamos hablando de un cambio de paradigma, pues todavía a mediados del siglo XX se hablaba de una sociedad moderna donde existían instituciones políticas democráticas estables, administración pública racionalmente organizada, economía industrial o post-industrial, había una centralización de todo por así decirlo, donde el Estado manejaba todos los sectores que regían una sociedad.

Se puede decir que la vida estaba establecida para vivirse de cierta forma: para viajar de un lugar a otro se usaba el tren o el barco; para comunicarse con una persona que vivía en otro Estado o en otro país había que escribir cartas, las cuales por cierto tardaban semanas en llegar a su destino. La gente ya sabía cómo vivir bajo los parámetros de ese paradigma que significaba la sociedad moderna.

Al haber muchas cosas que necesitaban innovarse pues la forma de ejecutarse era muy autóctona o antigua, vino una revolución tecnológica en muchos aparatos y en la concepción de la misma sociedad, así es como surge la sociedad posmoderna.

Dio la oportunidad de hacer diferentes actividades de una manera nunca antes vista, con esto también vino una revolución en la forma del pensamiento, en la que como ya se mencionó anteriormente, se dejó de creer en las instituciones políticas, pues en la modernidad se caracterizaron por ser grupos que solamente buscaban sus propios beneficios y no los de la colectividad.

En la posmodernidad hay más de dónde elegir, a lo que el autor llama “consumo a la carta”. Se tratan de diferentes opciones que el mismo sistema nos da con el objetivo de que sintamos que somos libres y que elegimos con base en nuestro libre albedrío, lo cual es cierto, pero a partir de opciones que ya se encuentran preestablecidas; por lo tanto, no se puede hablar de una libertad total.

El individuo asegura ser uno mismo…íntegro y diferente a los demás, sin embargo al voltear a ver al otro se da cuenta que no es así.[3]

El crédito es un claro ejemplo de una sociedad posmoderna donde se promueve el consumo, se incita a que la gente esté a la vanguardia de la tecnología, por decir algún ejemplo; entonces, las personas son seducidas a que cada vez que un nuevo celular sale al mercado se debe comprar, pues de esta forma estamos a la moda, de lo contrario nos volvemos anticuados y perteneceríamos al Modernismo.

Otro aspecto interesante que aborda el autor es acerca de la seducción. Nos dice que el erotismo y la pornografía se han intensificado; es decir, el ser humano se ha rebajado a ser un simple objeto sexual, principalmente la mujer. El desnudo que estaba prohibido en el Modernismo, ha pasado a ser algo habitual y muy normal dentro de la sociedad posmoderna.

El porno se ha convertido en todo un reto, en donde todo está permitido y siempre existe algo nuevo por intentar, como diferentes posiciones. Se trata de superar lo hecho e innovar, pero lo único que siempre va importar es el acto y la violencia con el que se ejecuta, las personas y sus sentimientos pasan a un segundo plano, son únicamente objetos que pueden satisfacer.


Ejemplo



Como complemento quisimos comparar la lectura con una película que nos pareció significativa en cuanto a algunos conceptos manejados por Lipovetsky, nos referimos a Her del director Spike Jonze.


       La película gira entorno a un hombre llamado Theodore, quien se encuentra en la búsqueda de olvidar a su ex esposa, quien decidió separarse de él. Este hombre vive claramente en una sociedad posmoderna donde la tecnología impera totalmente en la sociedad, prácticamente todo se maneja a través de dispositivos, facilitando así la vida de las personas.

Este hombre trata de superar esta ruptura a través de otras mujeres con las que únicamente busca tener relaciones sexuales, realmente no le interesan como mujeres, pues él sólo tiene ojos para la mujer que solía ser su esposa.

            En este aspecto podemos ver reflejado uno de los temas abordados por Lipovetsky, pues Theodore sólo salía con mujeres para pasar una noche con ellas, no buscaba tener una relación amorosa estable, digamos que sólo quería divertirse.

El punto es que al sexo femenino lo veía como un objeto que sólo servía para satisfacerlo. Esto lo podemos ejemplificar con la escena en la que habla a través de internet con una mujer en plena madrugada, en esa parte ambos comienzan a seducirse a través de palabras para lograr tener un orgasmo, una vez concluido se dicen adiós sin siquiera platicar un poco acerca de sus vidas.

            Otra escena que muestra esto último a la perfección es cuando Theodore tiene una cita con una chica que le presentan sus amigos. Cuando salen del restaurante se besan y la mujer le pregunta si sólo busca tener sexo con ella o la llamará para volver a salir y en un determinado momento tener una relación a largo plazo, él inmediatamente le dice que no pero al no mostrarse convencido le dice que es mejor que ahí quede todo pues era verdad que únicamente quería su cuerpo y no sus sentimientos.

            En esta sociedad acaba de surgir un nuevo software el cual consiste en una voz computarizada que parece tener conciencia, esta persona virtual se crea con el fin de servir como secretaria particular de las personas para que les ayude en sus actividades diarias.

Theodore consigue este programa al cual configura como voz femenina la cual se hace llamar Samantha, ella desde la primera charla resulta ser muy amigable y con el tiempo se vuelve su mejor amiga, pero además su confidente. Se hacen novios e incluso llegan a tener relaciones sexuales virtuales, pues ella no existe físicamente. El hombre carga su dispositivo a todos lados que va para que ella pueda ver todo lo que hace y sepa cómo es el mundo real.

En este concepto de la película podemos ver nuevamente la sociedad posmoderna, donde la tecnología es lo que impera sobre la sociedad, donde las cosas ya no se realizan de la misma forma tan tradicional del Modernismo. Ahora una computadora puede realizar las cosas por ti, e incluso puedes tener citas vía internet sin tener que estar físicamente con la otra persona.

Las personas sumergidas en este tipo de sociedades pueden enamorarse de entes no reales, como lo puede ser una computadora en este caso. Incluso se pueden tener orgasmos y relaciones sexuales con este tipo de softwares. Como vemos es una propuesta totalmente acorde a lo que menciona Lipovetsky y a lo que significa vivir dentro de una sociedad totalmente revolucionada.



Fuentes consultadas
Lipovetsky, Gilles. La era del vacío. México: Editorial Anagrama, 2012.

Ficha técnica de la película
·       Título original: Her
·       País: Estados Unidos
·       Año: 2013
·       Duración: 126 minutos
·       Dirección: Spike Jonze
·       Guión: Spike Jonze
·       Reparto: Joaquin Phoenix, Amy Adams, Scarlett Johansson
·       Género: Ciencia ficción, Drama, Comedia







[1] Gilles Lipovetsky. La era del vacío (México: Editorial Anagrama, 2012), 21. 
[2] Thomas Kuhn. La estructura de las revoluciones científicas (México: Fondo de Cultura Económica, 1971), 13.
[3] Lipovetsky, La era del vacío, 55.

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